Amenaza de otro verano perdido para el turismo
La amenaza de un segundo verano perdido para el sector turístico es ya una realidad incuestionable, después de que Francia y Alemania hayan recomendado no viajar a España. La mitad de los viajeros procede de tres mercados (Reino Unido, Francia y Alemania) que han adoptado restricciones para viajar a nuestro país. No nos engañemos: una simple mirada al mapa de la UE revela que España es la nación comunitaria con mayor riesgo de contagio. No es que el virus nos tenga manía; es que objetivamente las cosas se han hecho mal. Durante semanas, el Gobierno ha venido quitándole importancia a la cepa india, falseando la realidad al reconocer una incidencia muy por debajo de la existente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ya hace tiempo de que había que mantener la guardia y aplicar medidas urgentes para evitar su extensión, pero el Ministerio de Sanidad no se dio por enterado. En la «España de las sonrisas» que vende Pedro Sánchez no tiene cabida la cepa india, porque desde que terminó el estado de alarma la obsesión del Gobierno fue vender la falsa idea de que la vacunación serviría de escudo ante el avance de la nueva variante. Y no.
La situación para el sector turístico es crítica, porque las restricciones impuestas por otras naciones, consecuencia de la alta incidencia del virus en nuestro país, rompen las previsiones para el verano. El sector ha hecho todo lo que está en sus manos para trasladar al exterior la idea de que España es un destino seguro, pero lo que no es seguro es un Gobierno que no ha sido capaz de defender los intereses del turismo, como sí han hecho otras naciones. Al Gobierno de Sánchez, el de la «España de las sonrisas», le ha faltado capacidad de reacción. No es ninguna novedad, pero la parálisis crónica de un Ejecutivo de probada incapacidad para la gestión, la va a pagar, otra vez, un sector al límite de su resistencia.